Aquí tienes diez diferencias entre las web hechas por buenos profesionales y las que hacen los aficionados.
Vaya por delante que no tengo nada contra los cuñados y que incluso puede que el tuyo sea un excelente profesional, en cuyo caso no merece ser incluido en este artículo y si se siente aludido, explícale por favor que no era mi intención meterme con él.
En realidad, donde digo cuñado, podría decir, primo, hermano, colega o… aficionado.
- Objetivos claros: cuando un profesional crea una web establece claramente cuales son sus objetivos y trabaja para conseguirlos. El objetivo del cuñado es terminar la web cuanto antes.
- Estructura: los equipos profesionales diseñan la estructura de la web para que obtenga el máximo de conversiones —sean estas ventas, pedidos de presupuestos u otras—. El cuñado te dice: venga, ¿aquí que quieres que pongamos? ¿Eso? Pues vale.
- Contenido: los profesionales saben que el contenido es el rey porque atrae a los buscadores y también a los visitantes y convierte a estos últimos en clientes, por eso lo cuidan muchísimo. El cuñado dice: pásame los textos que yo ya te los meto.
- Diseño: el cuñado quiere que la web quede bonita. El profesional quiere que el diseño esté al servicio de la empresa y contribuya a conseguir sus objetivos, para ello elimina lo superfluo y destaca lo importante.
- Plantilla: mira, vamos a usar esta plantilla que vale para todo, así más adelante puedes poner lo que quieras, argumenta el cuñado. El profesional crea su propia plantilla o selecciona una de un proveedor de confianza y elimina lo que no va a usar para ganar velocidad y evitar problemas.
- Imágenes: el cuñado suele subir las que le parece que hacen bonito sin preocuparse mucho por su tamaño. El profesional busca imágenes atractivas y que tengan un sentido. Antes de subirlas, las optimiza para que no pesen demasiado, ralenticen a la web y castiguen al servidor. ¡Y nunca se olvida del texto alt, para favorecer el posicionamiento web!
- SEO: desde el principio del proyecto un buen profesional piensa y trabaja en la optimización para buscadores (SEO) de tu web. El cuñado, si se plantea el trabajo de SEO, lo deja para el final.
- Mantenimiento y garantía: un buen profesional te advierte que casi todas las webs necesitan mantenimiento y te ofrece ese servicio. Y por supuesto, garantiza sus trabajos. Ante el desastre el cuñado exclama: ¡pero qué has hecho tío! ¡Te lo has cargado!
- Legales: los buenos profesionales te recordarán que si quieres evitar sanciones que pueden hundir tu negocio debes cumplir con una serie de aspectos legales —como la Ley de Cookies, la Ley de Protección de Datos, publicar un Aviso legal, etc.— y te ayudarán a hacerlo. Los cuñados no suelen tener muy en cuenta estos aspectos.
- Ventas: la diferencia fundamental entre la web que te hace un profesional y la que te hace tu cuñado es que una vende y la otra no. Un buen profesional buscará el retorno de la inversión (ROI) y ofrecerte una buena relación calidad precio. Tu cuñado dirá: esto te lo hago yo muy baratito… y tú acabarás recordando que lo barato sale caro.
Este listado podría ser interminable, pero me parece que por ahora ya tienes suficiente.
Y ahora, si quieres que un gran equipo de profesionales diseñe tu web y te ayude a vender más.
Fuente: http://www.churbayportillo.com/blog/2015/06/02/10-diferencias-entre-una-web-profesional-y-las-que-hace-tu-cunado/
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